viernes, 8 de marzo de 2013

Comencem amb Lovecraft


Espero que ja estigue llegint a Lovecraft, i si heu fte recerca del autor etc.. ja heu sentit a parlar dels "Mites de Cthulhu", així que comencem els articles amb una reflexió d'una crítica feta  la revista digital  the Cult sobre l'obra de Lovecraft i si el corpus literari de la mateixa obra es centra o no en el cicle dels primigemis i com la Crida de Chulthu és la llavor del que avui dia és un génere de la fantasia en si mateix. 





¿Existen realmente los llamados Mitos de Cthulhu? por Begoña Pérez Ruiz

Lovecraft nunca ideó este término, ni nada semejante. Sin embargo, ese ciclo literario va indisolublemente unido al nombre del escritor. 
Alguna vez, cuando se le preguntaba por sus peculiares relatos, Lovecraft, en broma, los clasificaba como “Yogsothería”. Algo bastante normal si tenemos en cuenta que Yog-Sothoth, junto con Nyarlathotep son las criaturas que más se mencionan en la obra de Lovecraft, por encima del propio Cthulhu.
Pero los Mitos de Cthulhu sí existen fuera de la obra de Lovecraft. Surgieron tras su muerte gracias al afán de August Derleth. Como dice Llopis, los Mitos de Cthulhu no son obra de un solo autor, y van más allá de la creación de Lovecraft.
Aunque relatos anteriores lo habían insinuado, “La llamada de Cthulhu” habla por primera vez de estas criaturas primordiales, más ancianas que la humanidad, con poderes sobrehumanos.
Criaturas que de siempre han contado con seguidores humanos que los veneran con ceremonias paganas impías, plagadas de horribles sacrificios.
Derleth supo extrapolar muy bien todos estos elementos para dar forma a los Mitos, estructurándolos como una religión tradicional.
Cualquiera, que no conozca mucho la obra de Lovecraft, podría pensar que todos los relatos que éste creó pertenecían al llamado ciclo de Cthulhu o mal denominado “Mitos de Cthulhu”.
Mitos de Cthulhu
Sin embargo, de los aproximadamente setenta relatos que escribió (sin contar colaboraciones, encargos, fragmentos, obras póstumas continuadas y poesía en prosa) sólo pueden considerarse como una docena propios del ciclo de Cthulhu. En opinión de August Derleth, los relatos de Lovecraft pertenecientes a los Mitos de Cthulhu son: “La ciudad sin nombre” (1921), “El ceremonial” (1923), “La llamada de Cthulhu” (1926), “El color que cayó del espacio” (1927), “El caso de Charles Dexter Ward” (1927-28), “El horror de Dunwich” (1928), “El que susurra en las tinieblas” (1930), “La sombra sobre Innsmouth” (1931), “En las montañas de la locura” (1931), “Los sueños en la casa de la bruja” (1932), “La cosa en el umbral” (1933), “En la noche de los tiempos” (1934) y “El morador de las tinieblas” (1935).
Asimismo, en su etapa de madurez firmo relato afines al ciclo, como “El horror en Red Hook” (1925) o “En busca de la desconocida ciudad del sol poniente” (1926-27), por no hablar de los relatos del ciclo Carter.
Incluiría en este grupo “El caso de Charles Dexter Ward” y “Sueños en la casa de la bruja”. No creo que “El color caído del espacio” pertenezca a los Mitos de Cthulhu: más bien se trata de un relato independiente del terror cósmico, cercano a la ciencia-ficción.
Dentro del mismo ámbito, podemos situar “Dagon” (1917), “La música de Erich Zann” (1921) y sobre todo “El sabueso” (1922).
En algunos de los relatos que Lovecraft escribió en colaboración, sobre todo los que tienen más de su cosecha, también se incluyen detalles importantes de los Mitos de Cthulhu.
Tal es el caso de sus mejores colaboraciones: “La maldición de Yig” (1928) y “El montículo” (1929), encargos de Zealia Bishop. Algo inferiores en calidad, pero de puro terror cósmico son “Horror en el museo” (1932) y “Reliquia de un mundo olvidado” (1933), ambos escritos junto a Hazel Heald y tan semejantes en su trama que pueden pasar uno por otro.
La llamada de Cthulhu
Este relato fue escrito en el verano de 1926, por un Lovecraft pletórico de entusiasmo tras retornar a su amada Providence dejando atrás su etapa en Nueva York.
Fue en esta última ciudad donde desarrolló la concepción del relato. Es una obra clave, donde se funden muchas de las influencias literarias de su autor (Dunsany, Machen, Blackwood y Hodgson), aparte de sus propias ideas y de rescatar fragmentos de sus propios sueños.
Pero la importancia clave de este relato no es otra que ser el iniciador de los Mitos de Cthulhu.
Aunque ya había elementos de este ciclo en relatos anteriores como “La ciudad sin nombre” y “El ceremonial”, con “La llamada de Cthulhu” se inician los que después cobrarán el nombre de Mitos de Cthulhu, el gran Cthulhu será el elegido para denominar este ciclo, no por ser la criatura que más mencione Lovecraft en sus relatos (son más frecuentes Nyarlathotep o Yog-Sothoth), sino por ser el que comenzó el ciclo con todo su esplendor. En “La llamada de Cthulhu”, nuevamente, el nombre dado al relato cobra enorme importancia, como ya había sucedido con “La ciudad sin nombre”.
“La llamada de Cthulhu” remite a “La llamada de lo salvaje”. Es esta la llamada que siente Henry Anthony Wilcox en sus enfermizos sueños que le conduce a realizar sus horribles esculturas reflejo de Cthulhu y R’lyeh.
No es de extrañar que “La llamada de Cthulhu” se inicie con un fragmento de Algernon Blackwood, autor que tanto creía en el poder de las fuerzas naturales primordiales. Como relato clave de los Mitos de Cthulhu, proporciona gran información de lo que pretendía ofrecer Lovecraft con este nuevo terror, así como elementos que se repetirán en futuras ficciones.
Así, se mencionan aquí libros esotéricos, algunos reales y otros míticos y malditos, como el Necronomicón. Aparece también la conocida frase: “Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn”, cuya traducción sería: “En su casa de R’lyeh el difunto Cthulhu aguarda soñando”, lo que la relaciona directamente con los versos malditos que ya aparecían en “La ciudad sin nombre” y que en este relato vuelven a mencionarse.
Cuando Lovecraft explica la gestación de Cthulhu, comenta que buscó el máximo realismo a la hora de dar forma a este monstruo extraterrestre; y, como extraterrestre que era, tenía que usar una nomenclatura ajena a la terrestre.
Así justificaba su creación de “La llamada de Cthulhu”, cuando dice que al escribir esta historia se obligó a olvidarse de cosas como “la vida orgánica, el bien y el mal, el amor y el odio y todos los demás atributos propios de una raza insignificante y temporal llamada humanidad”.
La moda de marcianos antropomórficos impuesta por las novelas de Marte de Edgar Rice Burroughs influyó en el hecho de que “La llamada de Cthulhu” no tuviera buena acogida en "Weird Tales".
En el fondo, era una narración demasiado extraña y pesimista para el gusto de la época. Paradójicamente, el tiempo pasó a favor de esta creación, hoy considerada fundamental por los historiadores de la literatura popular.
Consolidación del ciclo
¿Qué espejismo hace que parezca que el ciclo de Cthulhu sea lo único que escribió Lovecraft? En cierto sentido, la originalidad del ciclo hace que el autor sea devorado por éste.
Rafael Llopis organiza los Mitos de Cthulhu en tres etapas: orígenes, apogeo y decadencia.
Como vimos, los orígenes de los Mitos de Cthulhu se encuentran en la obra de Machen, Blackwood, Hodgson, Bierce y Chambers, entre otros.
El apogeo coincide con la época de consolidación del Círculo de Lovecraft. Los mejores relatos pertenecen a este periodo. Lovecraft alcanza su madurez como escritor, y le secundan autores como R. E. Howard, Frank B. Long y Clark Ashton Smith, que contribuyen a enriquecer el universo lovecraftiano.
En la actualidad, los Mitos de Cthulhu ya se han aceptado como un subgénero más dentro de la literatura fantástica.
Sinopsis
Anticipada por notables precedentes, como Lord Dunsany, Ambrose Bierce, R. W. Chambers, A. Machen o Algernon Blackwood, y enriquecida posteriormente por otros escritores, corresponde sin embargo a Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) el papel más importante en la invención de los Mitos de Cthulhu, ciclo de narraciones de horror cósmico ambientadas en mundos primigenios de caos y espanto.
Fuente:http://www.thecult.es/Libros/lovecraft-y-los-mitos-de-cthulhu.html

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